Si allá por el año 1929 el semanario El Tormes recogía en sus páginas la preocupación existente por la lejanía de la estación de ferrocarril y daba cuenta de las infructuosas gestiones que las autoridades locales de aquella época realizaban en un intento de conseguir su aproximación a la villa, 55 años más tarde, en 1984, otra publicación albense, en esta caso Puerta del Río, cuyo número 13 ofrecemos en edición digital, recogía en las suyas una preocupación paralela: el proyecto del Gobierno de remodelación de las vías ferroviarias que tendría como consecuencia la supresión, en el mes de enero de 1985, de la línea Palazuelo – Astorga y que dejaría sin tren a Alba de Tormes y en desuso y sin utilidad alguna a su distante estación.
Del resto de los contenidos de este número destacamos el anuncio del inminente alumbramiento de una emisora de radio albense, “Radio Bucarón”, proyecto que, al parecer, llegaría a materializarse, realizando una primera emisión en pruebas desde la discoteca Caballo Rojo, y alguna otra emisión posterior, pero con el que, a pesar de la ilusión de sus promotores, pronto darían al traste la escasez de medios y la falta de colaboración.
Del resto de los contenidos de este número destacamos el anuncio del inminente alumbramiento de una emisora de radio albense, “Radio Bucarón”, proyecto que, al parecer, llegaría a materializarse, realizando una primera emisión en pruebas desde la discoteca Caballo Rojo, y alguna otra emisión posterior, pero con el que, a pesar de la ilusión de sus promotores, pronto darían al traste la escasez de medios y la falta de colaboración.
También nos ha resultado interesante el articulo “Del teatro del Hospital al cine Tormes” que nos permite, sirviéndonos de los recuerdos de José Sánchez Rueda acercarnos a la historia y evolución de este singular edificio, historia que desde aquí tratamos de complementar aportando algunos documentos de la época, tales como el díptico editado con motivo del “homenaje popular” que en el año 1949 ofrecerían el Ayuntamiento y la Junta Municipal de Beneficencia del Hospital a Antonio Fernández y Eroteides Cascajo con motivo de la remodelación del teatro, que en el mencionado artículo nos describe Pepe Rueda, o algunos carteles de mano anunciando diversas veladas teatrales que, con fines benéficos, protagonizarían en los primeros años de la década de los años 30 distintos aficionados integrantes de los que en algún momento se llamó “Cuadro artístico albense” y que en más de una ocasión se “atrevió” a representar obras distintas con apenas de un mes intervalo entre ellas, lo que nos induce a pensar en la existencia de una consolidada tradición teatral en el Alba de aquellos años.
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