Si Fernando Jiménez descubrió el tesoro parroquial (Cornezuelo nº 5), Pepe Rueda no se quedó a la zaga, salvando de la destrucción por el trapero los libros de cuentas, actas y fundación del Patronato de Santiago y San Marcos, y así nos lo relata en este nº 11 de L'Aceña en el que también se recoge un reportaje sobre la entrega del Premio Ascua en Defensa del Patrimonio y la Cultura a Jerónimo Cotobal y donde, además, encontramos un articulo de Hilario Almeida sobre ermitas y ermitaños en el que nos da noticia de la existencia, en tiempos pasados, de una plaza de toros, un corral de comedias y una ermita dedicada al culto de Nuestra Señora de San Pelayo en el Alto que con ese mismo nombre se levanta en las inmediaciones de Alba y donde tenia lugar una popular romería que ya nos describió en otra de nuestras publicaciones (Cornezuelo nº 8).
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