Durante una época se llamó así. Antes se la conoció como Plaza de Carboneros y también como Plaza del Grano, que es su nombre actual, sin embargo en una de sus esquinas aún figura señalizada como Plaza del General Queipo del Llano sin que nadie, hasta ahora, se haya ocupado de retirar esta placa.
viernes, 7 de septiembre de 2012
9 comentarios:
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Entiendo que será como consecuencia de eso de "memoria historica" pues en 24 años de unos y 5 de otros no se ha quitado la dichosita placa,pero bueno tampoco se ha quitado la estatua de Sabino Arana,que tiene tela.
ResponderEliminarHasta en el hogar de jubilados sigue otra placa que ya no debiera de estar.
EliminarEl artículo 15 de la Ley de Memoria Histórica "insta a las Administraciones Públicas a tomar las medidas oportunas para la retirada, en el ámbito de sus competencias, de escudos, insignias, placas y otros objetos o menciones conmemorativas de exaltación, personal o colectiva, de la sublevación militar, de la Guerra Civil y de la represión de la Dictadura.
ResponderEliminarDe forma excepcional, se conservarán aquellas menciones que sean de estricto recuerdo privado, sin exaltación de los enfrentados, o cuando concurran razones artísticas, arquitectónicas o artístico-religiosas protegidas por la ley."
Es evidente que en este caso no hay ninguna razón artística o arquitectónica que justifique su conservación.
Ayer domingo estuve viendo en la 2 de TVE el final de la miniserie "Lorca, muerte de un poeta", donde aparece este abyecto personaje como inductor del asesinato del poeta ("dadle café, mucho café"). Y es que su mérito fue ser el máximo responsable de la matanza de miles de personas en Sevilla durante la Guerra Civil. Yo creo que más que por una placa, merece ser recordado por el siguiente romance burlesco que le dedicó Rafael Alberti:
¡Atención! Radio Sevilla.
Queipo de Llano es quien ladra,
quien muge, quien gargajea,
quien rebuzna a cuatro patas.
¡Radio Sevilla! -Señores:
aquí un salvador de España.
¡Viva el vino, viva el vómito!
Esta noche tomo Málaga;
el lunes tomé Jerez;
martes, Montilla y Cazalla;
miércoles, Chinchón, y el jueves,
borracho y por la mañana,
todas las caballerizas
de Madrid, todas las cuadras,
mullendo los cagajones,
me darán su blanda cama.
¡Oh, qué delicia dormir
teniendo por almohada
y al alcance del hocico
dos pesebreras de alfalfa!
¡Qué honor ir al herradero
del ronzal! ¡Qué insigne gracia
recibir en mis pezuñas,
clavadas con alcayatas,
las herraduras que Franco
ganó por arrojo en África!
Ya se me atiranta el lomo,
ya se me empinan las ancas,
ya las orejas me crecen,
ya los dientes se me alargan,
la cincha me viene corta,
las riendas se me desmandan,
galopo, galopo… al paso.
Estaré en Madrid mañana.
Que los colegios se cierren,
que las tabernas se abran.
Nada de Universidades,
de Institutos nada, nada.
Que el vino corra al encuentro
de un libertador de España.
-¡Atención! Radio Sevilla.
El general de esta plaza,
tonto berrendo en idiota,
Queipo de Llano, se calla.
Si, si, ya, ya esa ley de memoria historica que reabre las heridas de la guerra, pues desenterremos los muertos de Alba.
EliminarEsa placa de ese individuo tiene la importancia que se le quiera dar, pero para todo el mundo esa importancia es tan inutil como perversa, durante unos años nos hemos dedicado a estas tonterias ocultando los verdaderos problemas de Espaaña y ahora estamos recogiendo los frutos, sigamos, sigamos con estas inbecilidades y veremos lo lejos que nos llevan.
EliminarLa polémica tiene una fácil solución. Cumplir la ley y retirar la placa. Fijaos que sencillo.
EliminarPor cierto. Me llama la atención el comentarista 2a que critica la ley de la memoria histórica porque, según él, reabre viejas heridas. Que paradoja, que esto lo diga quien manifiesta estar dispuesto a reabrir tumbas
Retirar la placa y cambiar el nombre de la calle Caídos por la Patria porque todo el mundo sabe que va dedicada a un solo bando, el bando vencedor.
EliminarAsí nos fue en la etapa anterior,y seguimos en esta con lo mismo solo fijarnos en tonterías irrelevantes.
EliminarPues si es tan irrelevante, que se quite, y ya está.
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