Apenas si han transcurrido 3 meses del paso victorioso de las tropas aliadas por Alba de Tormes cuando éstas se hallan de nuevo en franca retirada. Las huestes napoleónicas, recientemente derrotadas en Los Arapiles, se han reorganizado y desde Burgos persiguen de cerca a Wellington y su ejército.
Será de nuevo en el mes de noviembre, ahora del año 1812, cuando Alba vuelva a adquirir una relevancia estratégica fundamental, en este caso para proteger y cubrir la retirada de Wellington y sus soldados que, incapaces de contener el empuje francés, dinamitan 2 de los 26 arcos de su puente y ponen rumbo a la frontera portuguesa para refugiarse tras la línea fortificada de Torres Vedras.
Atrás, cubriendo la retirada, quedan 327 soldados españoles que junto a su comandante, el Teniente Coronel José de Miranda Cabezón, se parapetan tras las ruinas del castillo y se aprestan a impedir el paso de las tropas francesas que, en avalancha, ya se lanzan contra los muros y barricadas de Alba.
Tras once jornadas de asedio, cumplida con creces la orden de resistir durante 8 días e impedir a toda costa que el enemigo habilitase el puente cortado, José de Miranda y sus hombres inician una arriesgada maniobra con la que sorprenden a sus sitiadores y logran burlar el cerco que les sometía, iniciando una penosa marcha que, después de recorrer más de 600 Km., finalizaría un mes más tarde con su reincorporación a la disciplina del Sexto Ejército acantonado en Orense.
El Teniente Coronel Miranda fue condecorado por esta gesta con la Cruz laureada de la Orden de San Fernando concedida por Real Cédula de 13 de marzo de 1815 y alcanzaría a lo largo de su carrera militar el grado de Mariscal de Campo, rango equivalente al actual General de División.
En Alba de Tormes, escenario de los hechos, es, sin embargo, prácticamente desconocido. Ninguna placa, ninguna efigie, ninguna calle le recuerda. Ni siquiera figura entre los personajes ilustres relacionados con ella aún a pesar de que la proeza que protagonizó le hacen acreedor, con mucho, a esta distinción.
Aquí, donde somos tan dados a celebrar efemérides y centenarios, ya pasó inadvertido el aniversario de la Batalla de Alba. Esperemos que no ocurra algo parecido con la conmemoración del bicentenario de ésta brillante acción que desde éstas páginas recordamos reproduciendo, día a día, el relato de los hechos tal y como se describen en el Diario de la defensa y evacuación del castillo de Alba de Tormes, documento que detalla la totalidad de los acontecimientos acaecidos por estas tierras ahora hace doscientos años.
Será de nuevo en el mes de noviembre, ahora del año 1812, cuando Alba vuelva a adquirir una relevancia estratégica fundamental, en este caso para proteger y cubrir la retirada de Wellington y sus soldados que, incapaces de contener el empuje francés, dinamitan 2 de los 26 arcos de su puente y ponen rumbo a la frontera portuguesa para refugiarse tras la línea fortificada de Torres Vedras.
José de Miranda Cabezón "Gobernador de Alba" |
Tras once jornadas de asedio, cumplida con creces la orden de resistir durante 8 días e impedir a toda costa que el enemigo habilitase el puente cortado, José de Miranda y sus hombres inician una arriesgada maniobra con la que sorprenden a sus sitiadores y logran burlar el cerco que les sometía, iniciando una penosa marcha que, después de recorrer más de 600 Km., finalizaría un mes más tarde con su reincorporación a la disciplina del Sexto Ejército acantonado en Orense.
El Teniente Coronel Miranda fue condecorado por esta gesta con la Cruz laureada de la Orden de San Fernando concedida por Real Cédula de 13 de marzo de 1815 y alcanzaría a lo largo de su carrera militar el grado de Mariscal de Campo, rango equivalente al actual General de División.
En Alba de Tormes, escenario de los hechos, es, sin embargo, prácticamente desconocido. Ninguna placa, ninguna efigie, ninguna calle le recuerda. Ni siquiera figura entre los personajes ilustres relacionados con ella aún a pesar de que la proeza que protagonizó le hacen acreedor, con mucho, a esta distinción.
Aquí, donde somos tan dados a celebrar efemérides y centenarios, ya pasó inadvertido el aniversario de la Batalla de Alba. Esperemos que no ocurra algo parecido con la conmemoración del bicentenario de ésta brillante acción que desde éstas páginas recordamos reproduciendo, día a día, el relato de los hechos tal y como se describen en el Diario de la defensa y evacuación del castillo de Alba de Tormes, documento que detalla la totalidad de los acontecimientos acaecidos por estas tierras ahora hace doscientos años.
¡Vaya tela marinera!. Qué Gerardo ¿te pasa la concejalía de cultura del Ayuntamiento éstos datos? o es que
ResponderEliminarse los has robado?
¿Como bichos tan cultos e ilustrados no se ha enterado de semejantes conmemor5aciones?
Se conoce que tienen otras actividades más trascendentales en que pensar, o el V Centenario les tiene en éxtasis y no llegan a todo.
EliminarMagnificos "Diarios de defensa" así podemos apreciar lo importante que fué La Villa de Alba de Tormes en la historía, y ahora en la actualidad está sumida en una decadencia tan grande que parece un pueblo sin ilusiones, sin iniciativas en resumen un pueblo anodino, insignificante,ineficaz..... ¿de quién es la responsabilidad?
EliminarLa responsabilidad es del PSOE y sus 24 años de despilfarro en las facturas de fiestas.
EliminarTienes que hacerte mirar esa FIJACIÓN ENFERMIZA que tienes con el PSOE y las facturas, parece una cantinela, que tienes metida en tú mente y no te deja ver otras casas. En otros comentarios has recurrido a la misma respuesta.
EliminarY ¿quien tendrá la fijación enfermiza? ¿ el o la que repite siempre la misma cantinela de la decadencia y demás bla... bla...bla? ¿o quien contesta diciendo cual es el origen de tal desastre?
EliminarPuedo observar que en las respuestas del día 13 tiene toda la razón la persona que ha natado el declive o decadencia de Alba, solamente hay que pasear por sus calles. Yo que voy de vez en cuando (principalmente en verano)lo puedo constatar.
ResponderEliminarLogicamente tiene que haber declive con una crisis como la que tenemos pero mayormente con lo que arrastramos en Alba y que se despilfarró en facturas de las fiestas.
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