«Día 14. Al amanecer el ejército enemigo se vió reunido para avanzar; la división inglesa desalojó la villa, pasó el puente, y le cortó, á cuya explosión algunas paredes del castillo vinieron á tierra contundiendo varios soldados de la guarnición, que sin otro asilo que el de la torre, asequible por un pronto á acoger 100 hombres, sus fusiles, y víveres para ocho días, quedó á discreción de la suerte. El ejército enemigo en fuerza de 45.000 hombres desciende á la pradera de san Gerónimo, introduciendo en la villa varios cuerpos de infantería que se colocaron en las boca-calles salientes al castillo, ocupando las torres y demás edificios altos de ella para contrarrestar el fuego general que por todas partes sufrían; y en medio de él á corto tiempo remitieron al comandante la carta intimación que se inserta al número 1º, é igualmente la contestación que dió, sin que este incidente hiciese cesar el fuego en ningún otro punto que por solo el frente del parlamento como unos cuatro minutos: la caballería vadeó el río por san Gerónimo, y se situó en nuestra Señora de la Guía, san Lázaro, y Otero, cuya fuerza ascendería á 2.500 caballos, siguiéndoles cuatro piezas, de las que se les volcaron dos en el vado, y sacaron á brazo con sumo trabajo por la creciente que llevaba el río. La infantería subsistió en la pradera en columnas cerradas todo el día y la noche, que fue cruel de lluvias: su mayor empeño fue reconocer la cortadura del puente; y de cinco oficiales que se arrojaron á verificarlo, tres fueron muertos, cuyos cadáveres ni aún retirar pudieron, siendo su pérdida en este día la de cuatro oficiales muertos, y sobre ochenta de tropa inclusos los heridos que dejaron en las casas del pueblo, como se comprobó al siguiente día. De la guarnición del castillo solo fue muerto el granadero de Monterrey Antonio Gómez, y dos cazadores del mismo heridos de poca gravedad. Al entrar el enemigo en Alba fue perseguido el soldado portugués Manuel González del regimiento nº 2º que se había quedado dormido, el cual logró refugiarse al castillo sin embargo del fuego que sufrió.»
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Contestación. Señor ayudante general: Sírvase V. decir á su general en gefe, que la suerte que me cabe es la más lisonjera á un militar; que tengo una brillante guarnición con todos los requisitos para llenar mi deber; así que él haga el suyo. Castillo de Alba de Tórmes 14 de noviembre de 1812. = José de Miranda»
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«CARTAS
citadas en el diario, y sus contestaciones, con los demás documentos.
NÚMERO 1º
Señor comandante del fuerte: Los ingleses acaban de abandonar á V. y no puede dudar ya de que le han sacrificado: el general en gefe del ejército imperial de Portugal intima á V. entregue inmediatamente el fuerte que manda: de este modo puede V. contar con su generosidad, y no lo haciendo, debe V. esperar ser tratado con el mayor rigor. Alba de Tórmes 14 de noviembre de 1812. = El ayudante general = Resseur citadas en el diario, y sus contestaciones, con los demás documentos.
NÚMERO 1º
Contestación. Señor ayudante general: Sírvase V. decir á su general en gefe, que la suerte que me cabe es la más lisonjera á un militar; que tengo una brillante guarnición con todos los requisitos para llenar mi deber; así que él haga el suyo. Castillo de Alba de Tórmes 14 de noviembre de 1812. = José de Miranda»
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