«Las ideas no se borran con el lápiz azul o rojo –no sé a punto fijo la color de su lápiz- sino con otras ideas. Las protestas no se ahogan con un silencio forzado e impuesto, sino dándolas satisfacción, haciendo que el cauce de las leyes sea tan abierto que por él quepan holgadamente todas.»
No sería esta la primera vez que determinadas colaboraciones del periodista albense chocaban frontalmente con la estrechez de la censura de su época. La mordacidad de su lenguaje, sus ideas progresistas, su compromiso con las clases sociales más desfavorecidas, su incontinencia verbal… llevarían algunos de sus escritos a la sórdida mesa del censor gubernativo donde sufrirían mutilaciones, recortes, borrados e incluso su completa eliminación, aunque en ningún caso el celo profesional de estos siniestros personajes tendría un resultado tan llamativo como en esta glosa que hoy presentamos, publicada en la revista catalana Iberia del 25 de enero de 1919, de la que únicamente respetaron la letra inicial del artículo y la firma de su autor.
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