José Sánchez Rojas
Y sin embargo, hay muchos que mueren sin haber vivido verdaderamente. Y otros que viven en apariencia, pero que están muertos por dentro. Y hay otros que murieron la vida de la carne y viven; los padres en los hijos, los santos en sus devotos, los genios en sus admiradores.
Y tú, lector ó lectora, dime: ¿vives solo vida de carne? ¿Te has sentido para vivir del todo, parte del todo, de lo infinito, de Dios? ¿Has muerto en parte y vives en parte? ¿Has muerto del todo ó vives del todo? Con sinceridad dime: ¿no eres el espectro, la sombra, el esqueleto de tú mismo? ¿No ha muerto tu ritmo interior, la ilusión que te era más querida, la alegría que esperaste y que no llegó, el mañana que anhelabas tontamente como San Agustín para vivir la vida del espíritu?
¿Eres feliz? No, no me respondas eso; no te creo. Si eres feliz desearás un presente sin futuro, un hoy sin mañana, un momento actual, como el de ahora mismo, sin el que venga y sin el que marchó. Si eres feliz, no acariciarás una esperanza, ni forjarás un sueño, ni desearas cosa alguna. ¿Y no deseas nada, ni forjas nada, ni acaricias nada? ¿Morirías ahora satisfecho de ti mismo? ¿No has muerto en parte, lector?
Sí, sí has muerto en parte; todos hemos muerto en parte. Deseamos lo que marchó y deseamos lo que vendrá, pero cuando venga, desearemos más y siempre más. El tiempo, es una sombra; no hay presente, sino un pasado que presente nos enojaba y un futuro que cuando sea actual nos enojará también. De los muertos nos separa sólo la ilusión del tiempo. Ellos vencieron la cuesta y nosotros empezamos á vencerla.
Hoy doblan por ellos; mañana doblarán por nosotros ¿qué más da? La tierra, con burlona indiferencia, nos recogerá á todos.
Amigo mío: es tu fiesta hoy y tú te engañarás creyendo que vives verdaderamente. ¿Vale tu juventud los sueños que te proporcionó de adolescente? ¿Vale tu vejez los anhelos de tu edad madura? ¿No te molesta tu odiosa, tu monótona, tu etérea compañía? ¿No rectificarías tu vida después de tu muerte? ¿Acaso no la estás rectificando?»
¡Que suerte poder disfrutar de Rojas otra vez!
ResponderEliminarEl Día de los Difuntos es una ocasión emotiva para honrar a nuestros seres queridos fallecidos. Al decorar sus tumbas con flores, se teje un hermoso tributo lleno de amor y recuerdos perdurables.
ResponderEliminar"siempre las flores vigilaron la muerte,
Eliminarporque siempre los hombres incomprensiblemente supimos
que su existir dormido y gracioso
es el que mejor puede acompañar a los que murieron
sin ofenderlos con soberbia de vida,
sin ser más vida que ellos". Jorge Luis Borges.
Preciosa y muy bien traídas las palabras de Borges. Para mí muchos domingos en Salamanca son como un día de mis difuntos por los recuerdos de mis no ausentes pero sí distantes, algo distantes. Gracias.
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