lunes, 9 de enero de 2017

Canteros en la Basílica Teresiana


Fotografía de Venancio Gombau

2 comentarios:

  1. O tempora, o mores. Es bella la fotografía de Venancio Gombau. Hay un Alba antigua que, desde el Norte, contempla la llegada de lo nuevo y lo eterno. Los muros seculares de la trasera de la iglesia de las Madres muestran en sus piedras la sorpresa. Nace la basílica materializando las ideas de Enrique María Repullés, el arquitecto y de la basílica. Y aparece el contraste entre el color sombrío de la pizarra del nuevo templo y el blancor de piedras nuevas en las columnas incipientes de la Basílica. El cielo parece azul, brillante, dando luz a la piedra. En torno a ella, un montón de bloques, informes unos y tallados otros, esperan el trabajo humilde de los canteros. Son gente pobre, inconsciente a buen seguro del milagro que obran en la piedra con sus picos y su buen hacer artesanal. Trabajan para la historia, para el futuro que llega. Para ellos, los sueños laborales no existen. Pero el futuro se posará en esta obra inacabada alcanzando valor de símbolo.
    Fuera del grupo, descansa un carro de mulas que genera la pregunta: ¿de dónde ha surgido ese elemento de carro tan sencillo, cuando los carreteros de Alba trabajaban con primor los recios carros de bueyes? ¿No hay bueyes? ¿Están llevando a cabo la sementera en planicies eternas por las tierras de Amatos? Nadie lo sabe, pero los hombres trabajan con el mismo denuedo. Es la vida. O la esperanza, quién sabe. Pero ahí queda el arte en su nacimiento, germinando de raíces nuevas.

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  2. Buenos días, Gerardo Nieto:

    Estupenda fotografía. Parece un día frío. El gran bloque de piedra en ese carro sencillo. Y los animales, sufrientes, esperando y aguantando las veleidades humanas.
    Los canteros seguramente procedentes de Cantabria o de otras regiones.
    Los bueyes, en los campos propiedad de los señores ricos.
    Y todos ganando día a día indulgencias para el cielo. Algunos con sus vidas sacrificadas.
    Y en éstas estamos.
    En fin.

    Saludos.

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