martes, 22 de agosto de 2017
1 comentario:
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CASI UN SUEÑO TERESIANO
ResponderEliminarHay un epígrafe teresiano marcado en piedra que recuerda los pasos de la Santa y los pasos del hombre y su mirada. Nada más. De su perfil, de su estela, de su sombra en el suelo, surgen las huellas de un ser emocionado y futuro torerillo que sueña con la gloria. Es serio, reconcentrado, elegante. No sabemos qué escribe en el papel, los sueños no tienen ortografía convencional. Por eso lo dobla con delicadeza. Lo acaricia como quien intenta comprobar en sus manos el paso del tiempo, tan raudo e inesperado.
Sueña con la gloria, pero de momento se conforma con la arena amarilla de la plaza de toros que se desmenuza efímera en sus manos. O recuerda las oraciones de su infancia. No sabemos dónde va ni qué piensa en su corazón y en su retorno. Es el mundo del sueño y del futuro. Cual la vida y la gloria cuando, efímera, se acerca un momento. El torerillo sale y habla… O ¿acaso, reza a Santa Teresa?
Pasa el tiempo, pero el muchacho sigue igual: serio, bello, elegante. Soñando en el milagro de la eternidad humana. Como el epígrafe teresiano del césped y la vida.