jueves, 14 de diciembre de 2017

Hockey sobre patines en Alba

https://drive.google.com/open?id=0ByuRv9mgkUUbZVpLYW9nYzRmNms
A pesar de los éxitos cosechados por la selección española –actualmente ostenta 17 campeonatos mundiales– el hockey sobre patines no deja de ser un deporte minoritario en nuestro país.
No ocurría así en la Salamanca de finales de los 60 y primeros años de los 70, donde alcanzó tanto arraigo que hay quienes afirman que el pabellón de deportes de La Alamedilla se construyó para dotar a los equipos charros de un campo de juego a la altura de la expectación que este deporte despertaba.
En efecto, el antiguo pabellón Otero Aenlle se inauguró con un encuentro internacional entre las selecciones española y portuguesa, y en él disputaba sus partidos en la División de Honor (máxima categoría del hockey nacional) el salmantino Club Patín Pepsi-Cola, que llegaría a aportar alguno de sus jugadores a la selección. Asimismo existían, en aquellas fechas, otros equipos en la 2º División y una liga provincial juvenil.
En Alba también se despertó la afición por el deporte de las cuatro ruedas y las mañanas de los domingos la vetusta pista municipal (situada frente a la iglesia de Santiago) se llenaba de espectadores para presenciar las evoluciones de nuestros representantes disputando el campeonato juvenil o alguno de los torneos amistosos que se organizaban.

Alba fue la primera aportación –al margen de los equipos de la capital– al hockey provincial y nuestros deportistas se iniciarían en él con un entusiasmo tal que paliaría la precariedad de medios (patines ajustables, ruedas de madera, carencia de protecciones adecuadas…) y la ausencia de técnica (se comenta que algunos a duras penas lograban mantener el equilibrio). No obstante, poco a poco, se iría evolucionando, mejorando las equipaciones (patines de bota, guantes, rodilleras…) y adquiriendo habilidades y destreza, hasta conseguir un merecido reconocimiento a su esfuerzo y a su espíritu de superación.

      

Impulsores de aquel apogeo del patinaje en Alba de Tormes fueron, sin duda, Jesús Acevedo, omnipresente en cualesquiera de las actividades deportivas de la villa, y Amador González, integrante del equipo pionero en el hockey albense y posterior Delegado en los que surgieron a raíz de aquel, y, por supuesto, aquellos patinadores que hoy recordamos aún a riesgo de dejarnos alguno en el tintero: Lolo (Jeromito), Benito Reyes (Benitín), Tobías, Justi (Terio), Juan de Sales (El Niño de las Monjas) Isidro González (Cavi), Pepe (Macotera), Fidel (Foria), Carmelo Arribas, Félix (Cañalejas), Lucas, Pepe (El Hermoso), Toño (Torano), Manolo (Encinas), Juli Trapero, Paco (Ramonita), José Andrés Reyes, José Luis (Atleta)

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Las opiniones aquí reflejadas corresponden a los comentaristas y no representan, necesariamente, las del autor de Entre el Tormes y Butarque, quien se reserva el derecho a eliminar aquellos comentarios que considere inadecuados, bien por utilizar un lenguaje indecoroso, emplear descalificaciones personales, ser repetitivos o introducir argumentos al margen del tema de debate.

En caso de que no desee revelar su verdadera identidad se sugiere que utilice un alias o nombre ficticio, lo que agilizará el debate y permitirá identificar claramente la autoria de las opiniones que quieran ser rebatidas o corroboradas por otros comentaristas.