No siempre el Tormes, a su paso por Alba, ha sido el río tranquilo y apacible que actualmente conocemos. Antes de la construcción del pantano de Santa Teresa –cuyas obras finalizaron en diciembre de 1960– su caudal aumentaba considerablemente durante los meses invernales y en algunas ocasiones sus aguas perdían el sosiego con el que ahora discurren y tras anegar la dehesa, aceñas y huertos ribereños, pasaban embravecidas bajo los ojos del puente.
De aquellas crecidas nos han llegado algunas referencias que se remontan a los años 1256 –la más antigua que se conoce– o a 1626, también llamada de San Policarpo, que en la noche del 26 de enero llegó a sobrepasar las murallas de la villa y causar importantes estragos en la ciudad de Salamanca; y también otras, de las que apenas si tenemos noticias –salvo las de su existencia–, ocurridas en los año 1500, 1739, 1743, 1840, 1855, 1881, 1905, 1909, 1947, 1948… o esta del 18 de febrero de 1936 de la que se conservan algunos documentos gráficos y una reseña publicada en el diario El Adelanto del día 23 de aquel mismo mes y año, en la que se describe la inundación de la fábrica de luz –regentada por Bernabé Reyes– y otras industrias albenses y también el valeroso rescate de los habitantes de Las Huertas protagonizado por los hermanos Enrique (Portus) y Juan (Sapaña) Polo Barba.
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