Aplaudido y considerado por muchos, criticado y reprobado por algunos, su alcaldía no dejó indiferente a nadie.
Médico de atención primaria, Eduardo Acevedo Rodríguez ocupó el cargo de primer edil del Ayuntamiento de Alba de Tormes entre 1967 y 1973; seis años de un mandato que se caracterizó por el impulso experimentado en la pavimentación de distintas calles y plazas de la villa, el progresivo declinar de su proyecto estrella: la construcción de un complejo residencial, recreativo y deportivo en la zona que hoy conocemos como Isla de Garcilaso, y el borrón imperdonable de coartar el desarrollo de un incipiente grupo musico-vocal formado por jóvenes albenses.
Su excesivo afán de protagonismo y su extrovertida personalidad, rayana, a veces, en la excentricidad, le llevaba, en ocasiones y en determinados ambientes, a presentarse como “Cirujano jefe de la plaza de toros de Alba de Tormes” o a personalizar los cigarros puros con los que agasajaba a sus amistades con una vitola como la de esta imagen que hoy incorporamos a nuestra sección de curiosidades.
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