LA CANONIZACIÓN DE SANTA TERESA DE JESÚS
ALBA DE TORMES 12 DE MARZO DE 2024
P. MIGUEL ÁNGEL GONZÁLEZ, PRIOR OCD DE ALBA DE TORMES Y SALAMANCA.
DIRECTOR DEL MUSEO CARMUS
El 12 de marzo de 1622 se produjo la ceremonia vaticana que inspira el lienzo, la llamada quíntuple canonización que llevó a los altares a Santa Teresa, San Isidro Labrador, San Francisco Javier y San Ignacio de Loyola, junto con el italiano San Felipe Neri.
En 1563 había pedido España la canonización de Isidro Labrador, patrono de Madrid, que desde 1561 era capital de España, el Papa añadió cuatro beatos más y se sumaron cuatro nombres al Catálogo de los santos españoles.
En el museo Carmus, en Alba de Tormes, guardamos las piezas más significativas de este momento.
EL CUADRO DE LA CANONIZACIÓN
GREGORIO XV Y EL CARDENAL LUDOVISI
El protagonismo del lienzo cae en los impulsores de las canonizaciones: el Papa Gregorio XV y su joven sobrino, cardenal y arzobispo de Bolonia, Ludovico Ludovisi, que ocupa el centro de la composición. El Papa bajo dosel, en un trono en lo alto de una grada, con tiara pontificia y capa pluvial, mostrando el pergamino con el texto de la canonización.
En el centro, en la prolongación de la primera grada, ante el Papa, está el procurador de las causas de canonización y maestro de ceremonias, Ludovico Ludovisi, con amplia casulla y mitra en la mano. Les rodean miembros de la curia vaticana y de la nobleza española y a la derecha los Padres Carmelitas Descalzos, portando el estandarte de la nueva Santa.
En febrero de 1596 el Reino de Castilla escribe al Papa pidiéndole que se sirviese «de la colocar en el número de los gloriosos santos». «La canonización de cinco beatos (Isidro Labrador, Teresa de Jesús, Ignacio de Loyola, Francisco Javier y Felipe Neri, el 12 de marzo de 1622 fue un acontecimiento excepcional, cuya memoria perduraría durante siglos... La calidad, doctrina y mensaje de los personajes significarían mucho para el futuro de los pueblos y de la Iglesia. Menos Isidro, los demás habían vivido en el siglo XVI, siglo de guerras y descubrimientos, de vida y luchas, de reformas y de nuevos movimientos dentro de la Iglesia y de la sociedad. Una de esas figuras era Teresa de Jesús; fundadora, con fama de santidad ya en vida y con una irradiación extraordinaria, como se constataría en los muchos procesos de beatificación y canonización que se realizaron en varios países. Teresa se nos presenta como esos santos y esas santas que han sido siempre fuente y origen de renovación en las circunstancias más difíciles de la historia de la Iglesia».
Julián Urquiza
LA CASULLA DE LA CANONIZACIÓN
La «casulla de la canonización», llamada «del calzón del Duque» está confeccionada por las Carmelitas Descalzas del monasterio de la Anunciación de Alba de Tormes, con el tejido del traje que Don Antonio Álvarez de Toledo, V Duque de Alba, y Virrey de Nápoles entre 1622 y 1629 vistió en la ceremonia romana de la canonización de Santa Teresa de Jesús.
ESTANDARTE DE LA CANONIZACIÓN
El «estandarte de la canonización» estuvo en la ceremonia vaticana y durante siglos colgó del primer arco toral de la iglesia, según aparece en un grabado de 1892.
Era bifaz y en su cara principal tiene una buena imagen de la Santa con las manos en actitud de oración, que rememora el famoso retrato de Fray Juan de la Miseria, aquí con la capa y el velo cubiertos de estrellas doradas, más lóbulos en la base que tuvieron escudos de los que quedan el del Carmelo Calzado que se repite en las cuatro esquinas de la orla del retrato y el de Doña María de Mendoza, esposa de Don Antonio Álvarez de Toledo. En el reverso se dispuso luego un escudo de la casa de Alba.
LA BULA DE CANONIZACIÓN, GREGORIO XV, 1622
El texto de la canonización de la Santa dice: «A honra y gloria de Dios y de la individua Trinidad, exaltación y aumento de la fe católica, por la autoridad y omnipotencia del misericordioso Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo definimos que la bienaventurada Teresa, Virgen, por cuya santidad y virtudes, es gloriosa y alabada. Por lo cual definimos y determinamos que se debe poner, asentar y numerar en el catálogo y número de las santas vírgenes».
Grabado Bula de la Canonización (1622)
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